jueves, 19 de febrero de 2009

La noche de "Cuchillos Largos"


El duende del Falla, del que ya habláramos hace un tiempo, tiene un hermano antagónico (a lo Caín y Abel) que deja su huella en días como hoy.

Y es que todo carnavalero disfruta con su propio sufrimiento que este duende le provoca. Le llaman "Cuchillos largos". Tiene un cuerpo musculoso, porta en sus manos un hacha enorme con la que hace los "cortes" prominentes. Muchos dicen que es un ca... que es un toro, de ahí su cabeza de mencionado semental (con sus pertinentes astas).

Y es que se deja notar... con sus enormes brazos e aprieta de tal manera que casi ahoga y el corazón se quiere salir por la boca. Algunos están tan seguros de sí mismos que le ven de frente y no le tienen miedo, algunos de estos tienen una sobredosis de soberbia que el corte es aún más fuerte. Pero no siempre es una mala bestia, algunas veces, contadas, le abre los ojitos a los desesperanzados y les da un empujón grande que los libera del corte de su poderosa hacha. Son muchos los que le temen, y es que es normal que imponga. Su corte te da la gloria o te destierra todo un año. Te da la oportunidad de sacar muchos contratos y de ganar dinero con el carnaval, de que te vean en el resto de Andalucía, de España, de Europa y del mundo, te da la oportunidad de que las niñas allá donde vayas te veneren y te idolatren... Por eso muchos le tienen miedo. Una final es muy prestigiosa, como si un currículum carnavalesco te sirviera para ligar más, ser más guapo, estar más cachas o, lo que es más importante, como si te sirviera para vivir día a día, para buscar un trabajo... No, superar el hachazo de Cuchillos Largos no te da más que la oportunidad de cantar un día más en un concurso de coplas, nada más. Bueno... también te vale para el antifaz de oro (por eso muchos temen la noche de Cuchillos Largos).

Sea como sea, hoy le he visto las astas de cerca al muchacho, y la verdad es que nunca lo había sentido así, ni siquiera en mi primer año como corista (y eso que no fue una agrupación muy del gusto popular). No sé, hoy he tenido miedo, tenía temblores de nerviosismo y el corazón quería salirse por la boca como fuera (por si alguno tiene la duda, sí, conseguí que se quedara en su sitio y que no saliera). El caso es que estamos en la final, un año más. No sé si el hachazo nos ha pelado las plumas del sombrero (eso lo veremos cuando salgan las puntuaciones), el caso es que estamos dentro. Ahora toca volcarse, una vez más... y después... la calle (que es lo importante, no una final, el carnaval es la calle).

En cuanto a valoración del fallo, voy a decir poco: De chirigotas podía haber sido cualquiera, así que bastante bien. De comparsas no esperaba a Martín (aunque me considero muy martinista) y no esperaba, consecuentemente a los carapapas fuera. De coros, la gran sorpresa ha sido Valdés dentro. Ha pasado desapercibido, las letras no eran malas, pero tampoco eran buenas. Yo apostaba muy fuerte por el coro a pie... han quedado quintos... De cuartetos han pasado los dos, yo hubiera pasado también a los del paraíso, que estaban geniales.

En fin, el viernes Cuchillos Largos dará su último hachazo. A ver que es lo que dice... a partir de ahí... la calle. Salud!

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