jueves, 5 de febrero de 2009

Estrías de la experiencia

Buenas tardes (como se nota que es una mera frase hecha y una muestra de educación, porque la tarde está buenísima vamos... a nadie se le ocurre entrar en algún sitio y decir "malas tardes" aunque haya un tornado buscando aparcamiento para darse una vuelta por la playita, como hoy). Esta hora me encanta, esta es la hora en la que yo filosofeo un rato y me pongo a cabilar... ese momento en el que abandonas la mesa con el buche lleno y empiezas a cavilar sentado en un tresillo, en el sofa, en la mecedora o donde te pille, que puede ser en el cuenco de pensar, por ejemplo. Hoy me ha pillado en ese momento erudito, vete a saber donde, y me he puesto a rebuscar en un libro de refranes que tengo por aquí diversos proverbios españoles sobre la experiencia.

Como se trata de un blog carnavalero, lo relacionaré con el carnaval. Algunos jóvenes se vienen a preguntar que si la experiencia es un grado. Bueno, lo cierto es que eso dicen. Pero... ¿estamos en lo cierto? Intentaré aclarar la idea con unos ejemplos carnavalescos, más en adelante.

Según el refrán español, la experiencia es la madre de la ciencia. Y, hasta ahí estamos de acuerdo. Está claro que los científicos han llegado a todas las conclusiones que sacan a través de pruebas pruebas y más pruebas. No quiero entrar mucho en materia científica, pero no deja de ser obvio.
Pero es que no hace falta irse a la ciencia, ¿cómo sabes tú que el fuego quema? Pones la mano en una llama... y te quemas. Eso es experiencia. Como esto cualquier cosa.

Por eso mismo, la experiencia te va haciendo una persona en la vida (no creo que haga falta poner más ejemplos, podeis llevarlo también al campo personal... por ejemplo el clásico de aquel amigo que era muy amigo y que después te dio la puñalada; al cambo del tiempo dejas de confiar desde primer momento en cualquier persona). Y por eso mismo, un adulto tendrá más experiencia que un niño. Un recién nacido no nace sabiendo que una aguja pincha. ¿Y por qué la madre sí? Porque ella se pinchó en su momento. Por todo estos datos que estoy dando (y que quiás me extiendo demasiado) el adulto siempre intenta prevenir y aconsejar al niño, el viejo al joven, y así lo hace saber el refranero español: El perro viejo no ladra en vano.

En carnaval pasa lo mismo (y ahí voy, "a la manteca"). ¿Por qué los grupos "buenos" son "los buenos"? Si nos damos cuenta, la mayoría llevan muchos años saliendo en carnaval (Quiñones, Antonio Martín, Julio Pardo...). Aquí tenemos al "perro viejo" (y que nadie se enfade, me estoy ciñiendo al refrán). Siempren traen repertorios más trabajados, letras mejor hechas... tienen una experiencia labrada. Pero ¡ojo! no siempre estuvieron ahí arriba. Pongo el ejemplo de Julio Pardo, Su primera final le costó cinco coros... Antes todavía era más fácil entrar en la final: habían menos grupos y menos calidad.

Bueno, ¿y qué me dices de Antoñito Martín o Martínez Ares, que el primer año que compusieron se colaron en la final? Sí, esos los que tienen la suerte de hacerse con un grupo experimentado. Es el caso del coro de Kiko Zamora y Faly Pastrana. Empezaron juntos con Los últimos de filipinas, pero ya ellos venían escribiendo muchos años (estaban experimentados en el tema), y para colmo tenían a un grupo hecho de "excombatientes" del carnaval (también experimentados).

Por eso, ahora quiero dirigirme a los que están empezando (¡ojo!, que el que lleva cinco años también está empezando, tal y como están las cosas hoy día): No puedes querer llegar y pegar (a no ser que tengas un grupo experimentado), tienes que labrarte a tí mismo y a tu propio grupo. Y sobretodo, no puedes desbancar al que ya está ahí arriba así porque sí. Y mucho menos dentro de su propio grupo, si quieres desbancarlo tendrá que ser desde tu propio grupo.

En definitiva, un refrán más: Al cabo de cien años soy zorro... o calvo. Es decir, la experiencia es un abal para cualquiera. ¿Quieres decir que es un grado? No, quiero decir que lo es todo.

Salud!!

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